El cannabis es una de las medicinas curativas más poderosas disponibles para la humanidad. Funciona en armonía con los sistemas naturales del cuerpo para combatir la inflamación, reducir el dolor, destruir células cancerígenas, y regular emociones. Sin embargo, la medicina no funciona sin fundamentos.
Es absolutamente imperativo mantener una nutrición excelente para optimizar la terapia con cannabis, especialmente cuando nos enfrentamos a una enfermedad que amenaza la vida.
Una de las cosas más importantes que se puede hacer es mantener un balance apropiado de ácidos grasos esenciales de Omega-6 a Omega-3. Todos necesitamos ingerir ácidos grasos esenciales porque nuestro cuerpo no puede producirlos. Sin embargo, la dieta Occidental incluye demasiado Omega-6.
Manténgase alejado de las patatas fritas, refrescos y los dulces.
Idealmente deberíamos consumir una dieta con cantidades iguales de Omega-6 y Omega-3, pero la mayoría de las personas comen hasta 17 veces más Omega-6. Esto es debido a la presencia de aceites vegetales como el aceite de canola, maíz, semilla de algodón, maní y cártamo. Los snacks comunes como papas fritas y alimentos procesados están usualmente cargados con estos aceites. Un perfil no balanceado de ácidos grasos promueve el desarrollo de condiciones inflamatorias, enfermedades cardiovasculares e incluso cáncer.
Los ácidos grasos Omega-3 son especialmente necesarios para la función del sistema endocannabinoide, el cual estimula el cannabis para brindar sus beneficios. Si su sistema endocannabinoide no está trabajando efectivamente, entonces el cannabis no funcionara efectivamente. De hecho, la deficiencia de Omega-3 está asociada a la abolición de ciertas actividades endocannabinoides.
La mejor manera de mejorar su relación de ácidos grasos es disminuir la ingesta de fuentes de Omega-6 y aumentar las fuentes de Omega-3. Esto puede ser logrado suspendiendo el consumo de los aceites vegetales anteriormente mencionados y agregando alimentos ricos en Omega-3 como:
El Omega-3 proveniente de las plantas viene en una forma menos desarrollada que el de los animales, por lo que de ser posible es importante ingerir Omega-3 de ambas fuentes. El aceite de pescado es una gran fuente de Omega-3 de alta calidad. Sin embargo, los pacientes sometidos a quimioterapia no deberían consumir aceite de pescado en los días cercanos a la quimioterapia, en vista de que un tipo específico de ácido graso presente en el pescado podría interferir con el tratamiento convencional.
En general, los ácidos grasos Omega-6 son proinflamatorios y los ácidos grasos Omega-3 son antiinflamatorios. Para una salud óptima, es mejor cultivar un ambiente antiinflamatorio en el organismo.
Una de las mejores dietas para promover este ambiente interno sn la dieta Mediaterránea.
La dieta Mediterránea es baja en:
Es alta en:
Asimismo, el aceite de coco, semilla de cáñamo y aguacate son también extremadamente saludables. En promedio, mayor cantidad y variedad de alimentos verdes como espinaca, col rizada, lechuga, col silvestre y algas marinas reducirán rápidamente la inflamación y mejorarán la salud general. Sin causar ninguna de sorpresa, la dieta Mediterránea está asociada a un bajo riesgo de enfermedades cardiovasculares y cáncer.
El azúcar es uno de lo aditivos de alimentos más dañinos en nuestra sociedad. Existen investigaciones que sugieren que la ingesta excesiva de azúcar puede conllevar directamente a enfermedades cardíacas, diabetes, obesidad y cáncer. También demuestra propiedades de sustancia adictiva. Eliminar el azúcar es muy difícil para la mayoría de las persona, pero luego de unas pocas semanas evitándose se vuelve remarcablemente fácil.
Los pacientes con cáncer deben tener especial atención en evitar azúcares refinados y consumir una dieta antiinflamatoria.
Múltiples estudios han encontrado una relación entre el azúcar y el cáncer. La 4ta Edición del European Code against Cancer, publicado en Julio del 2015, recomendó a las personas limitar el consumo de azúcar, carnes procesadas, grasas y sal con el motivo de reducir el riesgo de cáncer. Un estudio reciente incluso demostró que una ingesta de azúcar incrementada por células normales podría causar que se conviertan en cancerígenas.
Las células normales se valen primordialmente del oxígeno para producir energía para los procesos celulares. Sin embargo, la mayoría de las células cancerígenas utilizan el metabolismo de la glucosa (la forma más simple del azúcar) porque las ayuda a reproducirse más rápido. Mientras que la mayoría de las células usan glucosa también, no la consumen en la misma proporción que las células cancerígenas. Eliminar azúcares refinados corta una fuente significante de energía a las células cancerígenas. Sin embargo, tener alguna fuente de carbohidratos es crítico para prevenir que los lípidos y músculos se desintegren en azúcar. Los carbohidratos complejos provenientes de granos enteros son preferibles a los carbohidratos simples de las frutas.
Como pude ver, combinar un excelente protocolo nutricional con terapia con extracto de cannabis es crítico para optimizar la terapia. Es imposible obtener lo mejor del cannabis teniendo una dieta pobre. Ciertamente puede ser bastante difícil hacer cambios en la dieta, especialmente cambios radicales, pero dichas medidas son necesarias para su beneficio ante enfermedades agresivas.