La especia de cúrcuma ha sido usada alrededor de 4000 años en la India y por todo el mundo. Es un condimento popular debido a su valor nutricional, sabor y vibrante color amarillo. Cientos de estudio han iluminado los beneficios increíbles y multifacéticos de esta antigua planta. La mayoría de los estudios se han centrado en la curcumina, el principal constituyente activo de la cúrcuma.
La curcumina es un agente antiinflamatorio excepcionalmente potente. Puede inhibir numerosas enzimas relacionadas con propiciar la inflamación, incluyendo la ciclooxigenasa-2 (COX-2), lipooxigenasa (LOX), y la óxido nítrico sintetasa inducible (iNOS). Trabajando por múltiples vías, la curcumina podría potencialmente tratar enfermedades como la artritis, enfermedad inflamatoria intestinal, y ciertos tipos de cáncer.
Como muchos compuestos que exhiben propiedades antiinflamatorias, la curcumina es un antioxidante. Un estudio hecho en 2005 por una escuela de medicina de UK describió mecanismos de acción únicos de la curcumina. Además de tener especificdad por dos tipos de oxidantes, también incrementa los niveles de glutatión, un antioxidante natural producido en el hígado humano. Por tanto, la curcumina ejerce actividad antioxidante tanto directa como indirecta. Junto con la habilidad de mantener la homeostasis del calcio, estas acciones contribuyen a los efectos protectivos de la curcumina sobre el sistema cardiovascular.
Tal vez sea más emocionante el potencial anticancerígeno de la curcumina. Una revisión titulada “Curcumin and Cancer Cells: How Many Ways Can Curry Kill Tumor Cells Selectively?” exploró alrededor de dos docenas de mecanismos de acción anticancerígenos. No sorpresivamente, la curcumina demostró efectos antiproliferativos y de muerte celular frente a “casi todos los tipos de células tumorales.”
Varios estudios han indicado el valor de usar cúrcuma o curcumina en conjunto con la quimioterapia. Un estudio hecho en Julio del 2015 en BMC Complementary and Alternative Medicine demostró que la cúrcuma previene el daño hepático en ratones resultado de la administración del medicamento quimioterapéutico metotrexato. Otro estudio reciente apuntó a la habilidad de la curcumina para aliviar la neuropatía resultado de la administración de cisplatino. Adicional a detener los efectos secundarios de la quimioterapia, se ha demostrado que la curcumina trabaja sinérgicamente con la quimioterapia para reducir la proliferación e incrementar la muerte programada de células cancerígenas.
Las habilidades curativas fundamentales de la curcumina se extienden a condiciones psicológicas también. Un estudio publicado en Brain Research proporcionó evidencia de que el compuesto podría actuar como un aliviador de estrés y como antidepresivo. De hecho, un estudio aleatorio controlado en el 2014 reportó beneficios en pacientes con trastorno depresivo mayor.
Usando un extracto de cúrcuma estandarizado para contener altos niveles de curcumina es una fácil manera de aprovechar los beneficios de la especia. Para maximizar los beneficios, el extracto deberá contener también algo de pimienta negra. La pimienta contiene piperina, la cual inhibe sustancialmente el metabolismo hepático de la curcumina. Sin éste, el valor de la cúrcuma sola es casi nulo. Un estudio hecho en St. John’s Medical College en India encontró que luego que humanos ingirieron dos gramos de curcumina, los valores séricos del compuesto fueron muy bajos o indetectables. Al combinar 20 miligramos de piperina con la curcumina, la biodisponibilidad se incrementó un 2000%.
Consumir la raíz de cúrcuma completa también es un medio efectivo de introducir curcumina a nuestro sistema. Siempre y cuando esté mezclada con una pequeña cantidad de pimienta negra, será efectiva. Muchos tipos de polvo de curry contienen cúrcuma y pimienta negra como ingredientes primarios. Por supuesto, debido a la habilidad de la pimienta negra para inhibir enzimas hepáticas, es mejor cuando se consume separado de los extractos de cannabis o medicamentos farmacéuticos.